Conoce la historia, misterio y magia de los pueblos fantasma de San Luis Potosí; poblados que siguen regalando riqueza al estado.
Entre los atractivos de San Luis Potosí se encuentran los llamados pueblos fantasma, antiguas poblaciones (por lo regular mineras) que fueron abandonadas por diversas razones como las económicas, sociales, ambientales o políticas. De estos pueblos quedan sus ruinas o con pocas estructuras que hoy en día conservan un encanto especial, y suelen generar curiosidad, misterio o nostalgia entre los visitantes.
¿Por qué visitar un pueblo fantasma?
Aunque hayan sido pueblos abandonados, los pueblos fantasma hoy en día son atractivos turísticos porque ofrecen una oportunidad de conocer la historia, la cultura y el paisaje de México, desde una perspectiva diferente y original.
Estos pueblos fantasma son testimonios de épocas pasadas, de auge y decadencia, de tradición y misterio. Además, son lugares que invitan a la aventura, al descubrimiento y a la imaginación, ya que cada uno tiene sus propias leyendas, anécdotas y secretos. Visitar estos pueblos fantasmas es una forma de viajar en el tiempo y de conectarse con el patrimonio y la identidad de México.
Algunos ejemplos de pueblos fantasmas en México son Real de Catorce, Estación Catorce y Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí. ¿Te atreves a conocerlos?
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Pueblos fantasma de San Luis Potosí
Real de Catorce
Este Pueblo Fantasma se caracteriza por el misterio y las leyendas que lo rodean. Para llegar al pueblo hay que atravesar el túnel Ogarrio, un recorrido de 2.3 kilómetros a través de las entrañas de la sierra.
Real de Catorce fue fundado en 1778 y alcanzó su época de mayor esplendor a finales del siglo XVIII, siendo uno de los principales productores de plata del país. Sin embargo, a principios del siglo XX, el pueblo entró en decadencia debido a la escasez de plata y a la Revolución Mexicana, quedando casi deshabitado. Hoy en día, Real de Catorce es un lugar dedicado al turismo y a la preservación de sus tradiciones.
Aquí se puede apreciar la arquitectura colonial, las ruinas de las minas, el Museo de Real de Catorce y la Plaza Hidalgo. Además, la región es un centro ceremonial para el pueblo wixárika o huichol, que considera al Cerro del Quemado como el ombligo del mundo y el lugar donde nace el peyote, una planta sagrada para su cosmovisión.
Cerro de San Pedro
Este pueblo fantasma se encuentra a solo 20 minutos de la capital de San Luis Potosí. Fue el primer asentamiento minero de la región, fundado en 1592 por el capitán Juan de Oñate. Cerro de San Pedro fue el principal proveedor de oro y plata para la Corona Española durante el virreinato, llegando a tener más de 10 mil habitantes.
Sin embargo, a mediados del siglo XX, el pueblo fue abandonado por la baja producción de los metales y el agotamiento de los recursos naturales. Actualmente, Cerro de San Pedro es un sitio histórico que conserva algunas de sus construcciones originales, como la iglesia de San Pedro, el Palacio Municipal, la Casa de Moneda y el Museo de Rocas y Minerales, un lugar que invita a conocer el pasado minero de San Luis Potosí y a disfrutar de su belleza paisajística.
Estación Catorce
Estación Catorce es otro pueblo fantasma de San Luis Potosí, que se encuentra a 15 kilómetros de Real de Catorce. Fue fundado en 1887 como una estación ferroviaria que conectaba a Real de Catorce con el resto del país. La estación facilitó el transporte de la plata y el comercio, y atrajo a muchos trabajadores y familias que se establecieron en el lugar.
Sin embargo, con el paso del tiempo, la estación perdió su importancia y fue cerrada en 1990. El pueblo quedó prácticamente deshabitado, y solo quedaron las ruinas de las casas, las vías del tren y la antigua estación. Estación Catorce es un lugar que guarda la memoria de una época de esplendor y decadencia, y que ofrece un contraste con el pueblo vecino de Real de Catorce.
Para visitar Estación Catorce existen tours guiados que salen desde Real de Catorce, y que incluyen un recorrido por el pueblo, una visita al cementerio y una degustación de productos locales.
La Noria
Este pueblo fantasma se ubica en el municipio de Villa de Arriaga, a unos 80 kilómetros de la capital del estado. Su origen se remonta a 1880, cuando se descubrieron yacimientos de oro y plata en la zona.
La Noria llegó a tener más de 5 mil habitantes, que se dedicaban a la explotación minera y a la agricultura. Sin embargo, a finales del siglo XIX, el pueblo sufrió una serie de desgracias, como una epidemia de cólera, una inundación y una rebelión armada, que provocaron el abandono de sus habitantes.
Hoy en día, La Noria es un lugar que parece detenido en el tiempo, donde se pueden observar las casas de adobe, la iglesia de San Francisco de Asís, el cementerio y las minas. También se puede apreciar la naturaleza que rodea al pueblo, como el río Arriaga, el cerro El Picacho y el bosque de encinos.
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